Qué
lindo
Roberta Innamico
Zindo & Gafuri
2015
Me
hago un collar de fideos
un
collar largo
que
haga ruido
bajan
fideos
como
gotas
por
la lana
manguitos
de fraile
también
me hago una pulsera
con
los fideos
y
todos se enteran
cuando
muevo las manos
si
tuviera las uñas largas
me
las pintaría de rojo
y
golpearía las mesas
las
tazas
las
cosas de vidrio
como
una lluvia suave
una
pétalo de malvón
pegado
con saliva
en
la mejilla
es
una lágrima blanca
una
tristeza de amor.
Es hermoso, hermoso. Me siento frente a
la pantalla después de tomar unas fotografías a Simón detrás de la ventana y lo
observo intentando manejar su pequeña bicicleta; frunciendo las cejas me mira e
insiste con los pedales un poco rígidos, yo gesticulo mis labios ampliamente y
le digo: sos hermoso, hermoso. Es imposible no fascinarse con ese mundo
infantil, esa intensidad de la experiencia que congrega toda experiencia humana
que también se proyecta a los animales y objetos, sombras y reflejos, como si cada
relación fuera un gran acontecimiento. El mismo patio y el sol serían cualquier
patio y cualquier sol sin Simón circulando con su atuendo invernal y su
artefacto ciclista. Hay algo de esa imagen, de lo que sucede, que me traslada
apaciblemente a mi propia a infancia, al mundo tal como se veía en aquella
época. Los poemas de Roberta Innamico tienen esa misma intensidad temporal, un
pequeño bucle que recorre y juguetea con la infancia. Sus poesías tienen ese
poder de ubicar en escena ciertas cosas, anécdotas o pensamientos que
transforman lo real, el presente se superpone con acciones y palabras propias
de un mundo que aflora: El baldío es
abierto como un mar / lo cruzamos yo y mi amiga / el burro por delante /
pinchan los yuyos en las patas sin medias.
Qué
lindo es un libro que reúne diversos
poemarios, el conjunto completo funciona como un compilado para recorrer lugares
vedados por el presente. La manera en que Roberta nos habla, su inventario rítmico
del mundo acecha contra la aceleración, es necesario detenerse y suspirar para
poder leer. El poema es un juego, la pequeña bicicleta en el vaivén de sus
pedales, su lógica emancipa las orillas extenuadas de nuestro espacio, de nuestro
añorado baldío. La niña que habita esa escritura inventa su propia casa, su lengua
extraña para comunicarse con los animales, se transforma con sus joyas y
colores, subvierte la norma de la razón y atraviesa maravillada portales que
llegan hasta mí y hasta vos.
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