Mara Pastor
Poemas para fomentar el turismo
Sectas de los Perros (San Juan,
Puerto Rico, 2011)
Neutrinos (Rosario, Argentina, 2016)
Flora Numérica
Ciento setenta y tres de cada mil
mujeres
se llamaban Rosa en Alabama
en el mil novecientos cincuenta y cinco.
Una de ellas se sentó en un autobús
que nos llevó a todas a un futuro de
posiciones
y museos pero con una idea de
justicia
que rondaba las costuras de la
automovilística.
(Hubo Rosas que no contaron en el
censo
porque recién habían cruzado la frontera
o habían germinado).
Una niña que nació por cesárea y no
lactó
fue la última en llamarse Rosa
en el mil novecientos ochenta y
nueve.
Ese mismo año dejaron de nacer
Rosanas.
En la década del ochenta se
extinguieron las Rosario.
En mil novecientos noventa
ninguna niña se llamó Rosemary.
En el dos mil cinco, una de cada mil
mujeres
en todos los Estados Unidos se llamó
Rosa
Hay residuos del Big Bang en las
rosas,
residuos de radiación, hay menos
abejas
en el planeta polinizándolas, hay
menos Rosas.
Como
un enjambre se desarrolla el libro de poemas de Mara Pastor. Un dibujo, una red
de palabras que iluminan especies en extinción, no su desaparición real, sino
el modo en que las vamos olvidando.
Las
palabras van y vienen, en el cielo, adormecidas en la capsula tecnológica, la que
permite a nuestros cuerpos volar, esa deforme apropiación de la técnica sobre
el espacio indefinido, donde una extraña referencia de lo humano cobra
dimensión. En el movimiento acorralado de rutas áreas Mara pareciera decirnos
que es imaginable que las abejas reúnan, hoy, condiciones más adecuadas para la
comunicación que todos nosotros juntos, parloteando por el mundo.
Cuando
ella escribe colmena como una metáfora en
desuso, dice babel, comunidad, traducción como un proyecto futuro que se
derrumba, una racionalidad que se ahoga en los límites. Sin embargo, se permite
ofrecer, regalarnos, el poema como mapa o diagrama; una imagen creadora capaz
de reconstruir esa unidad mínima de deseo, anclada en el derrotero inclasificable
de la afectividad.
Entre
objetos que deambulan, inscriptos en geografías migratorias. Entre souvenirs, certificados, calendarios y
televisores la poesía restablece un nuevo orden. Inventa un viaje donde los destinos se precipitan en un lugar indefinido pero
seguro. Nos preguntamos desde esas zonas de intercambio del planeta ¿existe otra
cosa además de la colmena, del lenguaje común?
La escritura
es aquí la recuperación por diferentes vías de un estado de cosas donde los ciclos
intentan reponerse y renovarse. En el
poema Flora Numérica Mara reconstruye la información estadística en un nuevo arquetipo,
en un eídos personal para establecer
la regularidad del mundo. Las combinaciones posibles entre números y flores
provee la creación de ese universo. Dice Silvia Rivera Cusicanqui, refiriéndose
al desconcierto de los Incas frente a la voracidad desmedida de riquezas
manifestada por los españoles: el
intercambio verbal lo que produce duda y estupor: no puede ser señal de
humanidad el que los recién llegados “coman” oro, que lo deseen con avidez en cualquier
momento y a toda hora, sin orden calendárico, sin ciclo, sin una noción de
regulación de las relaciones humanas con el cosmos por medio de objetos.[1]
Una forma temporal que distribuya las fiestas y los duelos, el ahorro y el
derroche, es lo que los turistas modifican.
Los
turistas amontonan el tiempo y el espacio en sobredosis de banalidad que
exportan en un pequeño objeto. Me
trajiste / un pequeño gato de cerámica / sabio como la sombra de los siglos, /
un escarabajo rodeado de colores, / una pequeña muerte y un papiro con tumbas,
/ un marcador con alfabeto ideográfico. Pero también condensan el afuera en constantes medidas de intensidad, en aberturas de portales.
El
libro de Mara Pastor “Poemas para fomentar el turismo” produce resonancias
diversas, se entrecruza en el laberinto de la referencias y la historia, el
proyecto de establecer un afuera mítico que reponga ese orden perdido en los
países de Latinoamérica. “Cuentos para
fomentar el turismo” es un libro escrito en Puerto Rico escrito por Emilio S. Balverde en 1946, allí recala
finalmente para disparase en la lejanía de su propia cita, y en el origen de su
propio habla, penetrante.
[1]
Sociología de la imagen. Miradas Ch´ixi desde la historia andina. Tinta Limón
Ediciones, Buenos Aires,2015
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